La sangría de accidentes laborales ha llevado a partidos y sindicatos a pedir a los jueces un mayor rigor en el cumplimiento de la legislación laboral. De poco sirve la normativa si las empresas no cumplen y no hacen cumplir a los trabajadores todas las medidas de seguridad que contempla. La cadena no se puede detener: allá donde no las empresas no cumplan tiene que hacerlo la inspección de Trabajo y donde falle ésta tendrán que ser los tribunales quienes depuren responsabilidades. Es imprescindible frenar este rosario de muertes y hay que empezar por concienciar a los propios trabajadores para que exijan a sus empresas.