Después del acuerdo gestado recientemente entre el PSOE de Javier Lambán y Ciudadanos para la reforma del impuesto de Sucesiones, esta semana puede convertirse en clave para que se desvelen las posturas del resto de partidos del arco parlamentario aragonés. Tras el impacto causado inicialmente por esta alianza, el PP de Luis María Beamonte se mostró más conciliador y en las Cortes ofreció diálogo a un Lambán que recogió el guante. Hoy, en las páginas de este diario, el presidente del PAR, Arturo Aliaga, se muestra remolón a confesar su decisión final, aunque con la boca pequeña. Porque una cosa está clara, quien se mueva mucho no saldrá en la foto. Y en las revistas electorales, los posados se pagan.