El final, o casi, del saneamiento del riesgo inmobiliario ha permitido a la gran banca española iniciar la senda de la recuperación de los grandes beneficios de antes de la recesión. Tanto por imperativo legal --que obligó a provisionar también los préstamos refinanciados-- como por su propia voluntad, las entidades continuaron destinando el año pasado enormes cantidades a fortalecer su solvencia. Aun así, los resultados se han disparado. Caixabank duplicó su beneficio (119%), mientras que el Sabadell los multiplicó por tres y el Santander también lo mejoró con fuerza (90,5%). El BBVA ha sido quizá el que más dotaciones ha mantenido, por lo que su resultado se incrementó solo en un 33%. Tras destinar a provisiones 2.719 millones, el Popular anotó 325 millones de beneficio, frente a las pérdidas de 2.461 millones del 2012. Estas cifras, sobre todo las que se refieren al fortalecimiento de sus reservas, evidencian que les será más fácil superar el estrés test al que les someterá este año la autoridad bancaria europea. Y en paralelo les debería situar en mejores condiciones para dar créditos.