Lo bueno para Sánchez (siento tener que repetirlo, pero resulta obvio) es que en frente tiene a Casado y a Rivera. El primero de ambos está empeñado en asustar al votante moderado para ganar a los cuatro gatos que apoyan a Vox; el segundo depende de tal manera del conflicto en Cataluña (cuanto peor vayan allí las cosas, mejor para él), que su propuesta al electorado no se apoya en casi nada más, y si se empeña en ponerse moderno y auténticamente liberal las gentes de derecha-derecha se espantarán porque son muy proteccionistas y muy confesionales. O sea que para el PSOE, bien.

Pero en septiembre el Gobierno tendrá que ir definiéndose más en asuntos prosaicos y concretos. Y ya se ve que, a la hora de la verdad, Pedro Sánchez y los suyos se apresuran a guardar la ropa mientras intentan nadar, lo cual quiere decir que ni siquiera se meten en el agua. Sacar a Franco del Valle de los Caídos, dialogar en Cataluña o normalizar la política penitenciaria de los condenados por terrorismo (ETA) está bien. Pero además habrá que atender a la economía, crear un modus vivendi con bancos y grandes empresas, lograr que retornen los derechos laborales, convertir la transición energética en un medio para frenar la codicia de las eléctricas, vigilar el sector de la vivienda y hacerlo accesible a los más humildes, dar salidas a los jóvenes... O por lo menos apuntar en esas direcciones. Dudo que en todo ello se produzcan avances sustanciales. Es muy difícil; casi imposible.

Lo que sí debería hacer el inesperado Gobierno de España es mostrar buenas intenciones. Por ejemplo anunciando que romperá (lo que no ha hecho) el maldito círculo vicioso que convierte el sector público en una especie de botín de guerra que cada partido toma para sí cuando llega al poder. No le quedaba a Sánchez otra solución que relevar con los de su cuerda a todos los de la cuerda del PP que copaban cargos técnicos, puestos en las sociedades estatales o mandaban en  RTVE. Pero ya tarda en comprometerse a poner fin a ese quítate tú p’a ponerme yo. A ver en septiembre.