La urgencia por atajar la crisis y la importancia de la política económica no debieran hacernos olvidar que los aragoneses tenemos problemas y aspiraciones de otra índole que es necesario satisfacer y articular. Por eso, a este periódico le parece positivo el nuevo impulso legal en materia de protección y reforma que los líderes del PP y el PAR quieren dar a nuestras singularidades en materia legal, territorial y cultural. Luisa F. Rudi y José Ángel Biel cumplen con su mandato estatutario al proponer una Ley de Actualización de los Derechos Históricos de Aragón que valorice un Derecho Civil que nos define como pueblo y un patrimonio cultural tangible e intangible que es orgullosa seña de identidad. La idea, como la de crear, por ejemplo, una Academia de Historia aragonesa, no es ciertamente original, pero eso no quiere decir que no sea necesaria y deseable. No parece que se trate, una vez más, de hacer política de campanario. Reformar la administración local y ponerla será de utilidad. Y proteger y cuidar lo nuestro --con y sin derechos económicos-- no es sino proteger la identidad aragonesa. Porque el ser también importa. Y mucho.