Ya es hora de que el Ayuntamiento de Zaragoza vele por el servicio de autobuses públicos. Los 100.000 euros de multa que impone a la empresa AUZSA, básicamente por no cumplir con las frecuencias y por no alcanzar los estándares de calidad en limpieza y mantenimiento, son bien merecidos porque en los últimos años el servicio ha decaído bastante. Así opinan los usuarios habituales que han visto como el consistorio miraba más por el tranvía que por el bus. Y una concesionaria de un servicio como el de Zaragoza, hasta ahora entre los mejores del país, no puede dar imagen de dejadez.