Un colectivo de ciudadanos, mayoritariamente mujeres, está sumido en un limbo legal que les impide cobrar la pensión de viudedad tras haber perdido a la persona con la que convivieron de hecho durante años. Una sentencia del Tribunal Constitucional en el 2014 enmendó el Código Civil catalán, mucho más laxo a la hora de demostrar la convivencia real de dos personas. El fallo establecía que para recibir una pensión, la relación debía haberse inscrito en un registro oficial. La norma resultó inicialmente de imposible cumplimiento porque no existían registros oficiales en la mayoría de municipios y el TC excluía a quienes fallecieron antes de que transcurrieran dos años desde su fallo. Desde el pasado abril, existe un registro de parejas de hecho para intentar evitar este limbo. Ahora, una sentencia reciente abre esperanzas a quienes nunca registraron la pareja porque no pudieron o por convicción. Un juez de Barcelona ha reconocido el derecho de una mujer que perdió a su pareja en el accidente de avión de Germanwings a cobrar la viudedad pese a que no estaban casados ni constaban oficialmente como pareja de hecho. La exigencia de un requisito de imposible cumplimiento -un registro que no existía- «atenta contra el principio de seguridad jurídica», argumenta el magistrado. Es un precedente que no debe caer en saco roto.

Que la promoción de una feria del libro se haga a partir de un desnudo femenino es reflejo, uno más, de las conductas sexistas que perviven en la sociedad española. Así ha sucedido con el cartel ganador del concurso para ilustrar la feria del libro de Zamora, en el que se muestra a una mujer desnuda de espaldas, con un libro tapándole el dorso y sus manos sobrepuestas ocultando parte de las nalgas. Ya no se trata de valorar su calidad artística, sino de censurar que se use un cuerpo femenino como reclamo, esta vez para un acontecimiento de tipo cultural. En definitiva, de cosificar a la mujer con estereotipos propios del ámbito publicitario. En este caso, también sorprende que el Ayuntamiento de Zamora, colaborador en la organización de la feria, esté en manos de Izquierda Unida, formación de la que cabe esperar -por su carácter progresista- que esté siempre en contra de cualquier manifestación sexista. Si este cartel puede manifestar voluntad artística con el desnudo, ha coincidido con el anuncio de trabajo de una discoteca de Benidorm que ha ido mucho más allá con su oferta laboral de un machismo rancio, Así, pide camareras «sin novios enfermos celosos», o la obligación de ir «con tacones o plataformas» si no son altas. Quizá ha llegado la hora de plantearse, la opción de sanciones administrativas para acabar con este tipo de expresiones de un machismo inadmisible.