El programa educativo Skolae puesto en marcha por el Gobierno de Navarra, es un plan concentrado en la igualdad de género entre los escolares para identificar las libertades en cuando a la elección de su proyecto vital. Este programa con fines de integración podría, si se hace bien, conseguir una educación de respeto entre los géneros, porque a pesar de que chicos y chicas llevan décadas compartiendo aulas, las agresiones de género se siguen manifestando en esos hombres que integran manadas o van en solitario. La polémica suscitada por el programa llega cuando habla de las Competencias y sus objetivos en el ámbito personal, y se establece un complejo concierto en su cumplimiento cuando se trata del periodo infantil (0 a 6 años) tratando de «Éticas del cuidado» como: … «hacer de los momentos de cuidados unos momentos de relación privilegiada y gozosa con la persona adulta…» Quizá se trate de una errónea interpretación de concepto por la ambigüedad que transmite, o quizá los comentarios de Javier Esparza de UPN sean torticeros desde una mirada adulta, como le apunta la consejera navarra de Educación, María Solana. Según la UNESCO, la educación sexual debería estar implementada en la educación del niño desde edad preescolar en el ámbito familiar para dirigirla hacia un conocimiento de actitudes y relaciones físicas y emocionales. Claramente es en el ámbito familiar, es la mejor referencia para el niño, eso no impide que se incluyera, desde primaria hasta bachillerato, en el currículum escolar, no solo desde conceptos biológicos, que de alguna manera está implícito en Ciencias Naturales, sino a nivel social y sicológico para ello es necesario introducir en las aulas docentes acreditados. Inversión, lo de siempre, en educación.

*Pintora y profesora