Suponer que puede existir en España una derecha liberal no deja de ser un ejercicio de voluntarismo. en el mejor de los casos. En nuestro país los conservadores fueron desde los inicios del siglo XIX hasta hoy profundamente reaccionarios, contrarios a los avances (políticos, científicos, culturales), al libre pensamiento y a cualquier ley, uso o costumbre que no encajara en la moral católica. Nunca hubo aquí una revolución liberal de verdad ni una burguesía y unas clases medias ilustradas capaces de llevarla a cabo. La última Guerra Civil todavía contuvo, en el bando franquista, fuertes componentes antiliberales. Antes, un falso liberalismo progresista se había ido convirtiendo en mera coartada de oportunistas, especuladores corruptos que manipularon las desamortizaciones, espadones como Espartero y protopopulistas como Lerroux.

A España llegaron las doctrinas socialistas o anarquistas antes de que el liberalismo hubiese adquirido carta de naturaleza. La dictadura de Franco redujo esta ideología a una especie de sospechoso fantasma. En la Transición, la presencia de los liberales fue escasa y confusa... salvo si queremos reconocerlos en algún sector muy minoritario de la UCD o en el ala más centrista del PSOE.

Nuestra derecha ha acabado acostumbrándose a proclamarse liberal porque aborrece la regulación económica, la progresividad fiscal, la igualdad de oportunidades y esas cosas. Pero desde luego sí aspira a chupar a lo grande de la ubre estatal. Aguirre, la del PP, se autodenomina liberal. Y

Gil y Gil, el alcalde corrupto de Marbella (entre otras ocupaciones criminales) llamó a su partido Grupo Independiente Liberal (¡je!). Mario Conde fue y va de liberal por la vida. Aznar y otros muchos peperos, tambien. Aunque nadie se lo cree.

De ahí que el empeño de Ciudadanos en encarnar, por fin, el espíritu del liberalismo haya quedado en nada en cuanto Rivera y los suyos se han situado en la derecha y han pactado (tragando) con ultras y reaccionarios. Por supuesto, sus homólogos del resto de Europa lo flipan. Que le pregunten a Valls. HSFlb