Después de 30 años desde que el Ejército español permitiera la entrada de profesionales mujeres, una de ellas, se convierte en la primera general de las Fuerzas Armadas. Bienvenida, generala Ortega. Un hito dónde los haya. Más en nuestro país, que todavía estaba en este aspecto muy por detrás de otros ejércitos como el de Estados Unidos o el de países latinoamericanos, en los que el ascenso de una mujer a general es bastante más frecuente.

Pero, si bien es cierto que queda trabajo por hacer en España para que la mujer dentro del Ejército pueda vencer ese techo de cristal del que tanto se habla en la sociedad civil cuando comparamos el porcentaje tan minoritario de mujeres que son capaces de llegar a puestos directivos frente al colectivo masculino, también es una realidad que España es uno de los países que mayor porcentaje de mujeres tiene entre sus filas militares, por encima de países como Italia, Alemania, Holanda o Reino Unido, e incluso, de la media de la OTAN, que está en un 10,9%.

Solo un 12,7% del total de las Fuerzas Armadas son mujeres, la mayoría de ellas, algo más de un 81% son tropa y marinería, el escalón más bajo, pero esto es algo que no es extraño teniendo en cuenta que solo hace tres décadas desde su incorporación al Ejército, y de que lo que sucede en este estamento no es más que un fiel reflejo de lo que en la sociedad acontece, y del propio ritmo lento que caracteriza a la carrera militar.

Ojalá que el paso del Ministerio de Defensa, y su ministra en funciones, Robles, no sea fruto de una estrategia política de cumplir con unos cupos y sí responda a unos criterios de capacitación y meritaje. Si eso fuera así, estaríamos de enhorabuena.

*Periodista y profesora de universidad