La apuesta de Siemens por diversificar y ampliar la producción en su factoría de Zaragoza es una buena noticia e indica que, pese al permanente riesgo que supone la deslocalización industrial, el valle del Ebro sigue siendo un espacio privilegiado tanto por su favorable ubicación como por el buen nivel de su mano de obra. De hecho hay que dar por sentado que las multinacionales van a desplazar sus manufacturas básicas a países en los que los costes laborales son inferiores (eso, si no les sale más barato robotizar al máximo dichas manufacturas), pero existe un nicho productivo que implica niveles superiores de calidad y tecnología que necesita mantenerse en zonas donde es fácil reclutar personal bien preparado y disponer de empresas auxiliares fiables.

Aragón puede y debe promocionarse como un espacio adecuado para la industria de medio y alto nivel. Y es necesario promover simultáneamente el desarrollo de las empresas de carácter local y la implantación de multinacionales cuyos proyectos aseguren algo más que la construcción de efímeras plantas de usar y tirar. En esta línea, la gira del presidente Iglesias por Alemania se ha acreditado como una iniciativa altamente positiva.