Durante más de una década, la Diputación Provincial de Teruel promocionó la provincia mediante un eslogan que se llamó “Teruel al natural”; fue una gran iniciativa. El territorio, al igual que la comida, entra por la vista. Aquella campaña acercó la naturaleza a mucha gente mediante posters y folletos, que todavía aguantan enmarcados en paredes de toda la provincia. Nos hizo descubrir rincones cercanos y, aunque el lema no fuera tan conocido como el de “Asturias paraíso natural”, era un camino a seguir, un camino que la Diputación dejo perder.

Teruel tiene una naturaleza increíble. Todo el que viene de fuera y recorre nuestras sierras, páramos y lagunas se sorprende de lo salvaje del territorio y de que no haya espacios naturales y exista un nivel de protección superior. Esto no solo lo afirman los turistas ocasionales, lo dicen también viajeros que han estado en más de 50 países buscando la belleza de una imagen.

Llama la atención que en Teruel no haya ningún parque natural ni nacional. Evidentemente, si esto fuera otra comunidad, o dentro de ésta misma estuviéramos más al norte, habría media docena al menos.

Actualmente la Diputación de Teruel se promociona turísticamente bajo el lema #SienteTeruel. En su página web, el apartado de Naturaleza y Turismo Activo reza esta entradilla: “Con más de 300 enclaves incluidos en alguna de las diferentes figuras de protección ambiental -lo que supone el 35% de la superficie total -, la provincia de Teruel os ofrece una riqueza ambiental y paisajística excepcional, repleta de entornos ideales tanto para la contemplación e interpretación de la naturaleza, como para la práctica de deportes de aventura. Acompañadnos a descubrir alguno de los encantos naturales que la provincia os tiene preparados.” A priori, la intención parece buena pero el escenario empieza a ser dantesco. De proporcionar naturaleza, encanto y ecoturismo a nuestros visitantes, estamos redirigiendo la provincia hacia la producción energética para suministrar a ciudades como Madrid o Barcelona.

La Diputación de Teruel debería, al menos, posicionarse al respecto. Esta campaña no tiene base, ni es sostenible, si se consiente la proliferación masiva de centrales eólicas y solares.

Aquel lema de “Teruel al natural” es lo único que va a perdurar si seguimos a este ritmo de destrucción del paisaje. Los que aún conservéis aquellos posters, guardadlos bien. No solo van a ser un bonito recuerdo, es lo único que nos va a quedar.