El sindicalista de CGT Teruel que aventuró en WhatsApp que la huelga de la enseñanza que convocaba su sindicato --con CCOO y STEA-- no la iba a hacer «ni Dios» ha resultado ser un auténtico visionario. Solo un 4% de los docentes de Aragón secundaron el paro, aunque los convocantes hablan de un 40% y reconocen una «escasa» respuesta. ¿Cómo se come eso? Un visionario a medias. Porque aun demostrándose que ha sido una huelga política no han conseguido «joder la campaña» al PSOE. El único ruido escuchado ha sido el del desliz del cegetista. La reivindicación puede ser tan lícita como la que más, pero convocar el paro a un Gobierno que el lunes está en funciones muestra muy poca maestría.