Once días después de que el comité conociera directamente de la empresa que la central de Andorra se cerraría definitivamente en el año 2020, UGT y CCOO han decidido convocar una gran protesta a las puertas de la térmica. Se echaba de menos una gran movilización en la zona. Una comarca que tantas veces se ha levantado en defensa de sus intereses y de sus empleos, esta vez ha demostrado cierta frialdad. Y especialmente los sindicatos. Su comportamiento es raro, quizás porque hace ya tiempo que se temían una decisión como la que ha tomado Endesa. Bienvenida sea porque el clamor sindical debe seguir y bienvenida también la decisión ecologista de no manifestarse a favor del cierre. Ya está hecho.