Los tradicionales indicadores que marcan la calidad de vida de las grandes ciudades acostumbran a dejar de lado un parámetro clave: el número de personas que cada noche duermen en la calle. Son los llamados sintecho, fenómeno creciente en medio del vendaval de una crisis económica que cada vez arroja a la cuneta a más personas. Las últimas estadísticas no invitan al optimismo. En Zaragoza, 342 personas no tienen hogar y de ellas, unas 140 dormirán esta noche a la intemperie. Además, los centros de emergencia dan refugio cada noche a 203 individuos sin hogar, según el último recuento de Cruz Roja. La llegada de las bajas temperaturas invernales agravará la precaria situación. Los esfuerzos de las instituciones y servicios sociales de Zaragoza resultan tan voluntariosos como ineficaces ante una demanda cada vez mayor y unos presupuestos blindados por la rígida austeridad. Si perviven los problemas estructurales de fondo (desahucios, paro, precariedad laboral...) aumentará la exclusión social. Y contra eso ya no se lucha con la beneficiencia sino con los principios básicos de la justicia.