La lucha de clases no se alcanza sin likes. Esto es lo que predomina en la sitcom (situaciones cómicas) de la izquierda aderezada de ridiculismo. Las tartas de cumpleaños en despachos ministeriales, vídeos que parecen espots de Coca-Cola o reuniones muy cuquis con influencers que parecen filósofos.

La izquierda ejerce de un clasismo impropio de su supuesto ADN para actuar como la Iglesia más moralizadora. Todo tiene que pasar por el filtro de la izquierda para consentir lo que cada cual diga.

Carezco de la conciencia vital para poder ver con perspectiva lo que es la izquierda desde la irrupción de Podemos. Desde entonces, la izquierda se ha centrado más en los derechos de las naciones o en las políticas más sectarias que azuzan conciencias olvidando las peticiones de los más humildes.

La izquierda actual está centrada en una realidad inexistente que se alimenta del algoritmo de sus aduladores en las redes sociales para convencerse de que su visión debe ser la correcta.

Y sin embargo están embutidos en sandeces de identidades excluyentes o en mensajes antifranquistas cuando el dictador murió hace cuarenta años. Con todo ello no dejan de seguir animando a los nacionalistas más reaccionarios para darles cobijo en su alcoba.

La sitcom de la izquierda hace que algunos simulemos una sonrisa con sus ocurrencias. Cada vez están alimentando más la idea de que están en política para provocar otro ridículo que para transformar la realidad.

Ojalá veamos al podemista Rivarés encadenado a un árbol de la plaza Salamero si el Gobierno de Azcón decide modificar sus zonas ajardinadas. Tendremos nuestra caricatura local más ecologista de un concejal ejerciendo de la baronesa Thyssen.

O la máxima audiencia en la sitcom de la izquierda con la apuesta de Irene Montero por aspirar a youtuber del año. Como única privilegiada del feminismo es capaz de tener a su hija en su tarea profesional mientras usa a su séquito para relatar su día a día.

¿Qué diríamos de un ministro de otro partido que con las cifras más altas de violencia machista celebre su cumpleaños en su despacho con globos, purpurina y sonrisas? Pues eso. Pero la izquierda tiene la bula de que su acción política es el bien.

El vídeo que merece enseñarse es la del encuentro del ministro Ábalos con la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez. Pero eso es política de Estado. No genera audiencia en la sitcom de la izquierda.