Eel vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes, ha dicho formalmente que el Gobierno Zapatero tampoco reconoce la deuda sanitaria , que ya dejase colgada el que presidía Aznar inmediatamente después de traspasar la competencia en cuestión. El hecho ha venido a ser un jarro de agua fría sobre el entusiasmo inicial del Ejecutivo aragonés, pero lo peor de todo es que demuestra la existencia en Madrid de algunos clichés que Marcelino iglesias debería desmontar antes de que se conviertan en un verdadero problema.

En opinión de Solbes, lo que Aragón pretende ahora es mejorar la financiación de su sanidad, al igual que otras comunidades. Por eso se va por la tangente y asegura que ello requiere una alternativa global. Pero no se está hablando de tal cosa, sino de una situación mucho más concreta que atañe particularmente a Aragón y que no tiene que ver con los déficits acumulados por otros gobiernos autonómicos (que habitualmente llevan más tiempo ejerciendo la competencia). Iglesias tendría que convencer a sus compañeros del Gobierno central de que Aragón lleva mucho tiempo tragando carros y carretas y merece un mínimo de atención. Eso sería mucho mejor que meterse en un litigio largo y de resultado incierto.