Una joven viuda de origen argelino, madre de cuatro niños que desde hace años trabaja sin descanso para sacar a sus hijos adelante no puede dar el perfil de una mala madre, sino el de una madre angustiada. Así lo entiende un responsable de Cooperación Internacional, la ONG que ha ayudado en varias ocasiones a esta mujer, que recientemente tuvo que viajar a Argelia para resolver unas diligencias de su viudedad. Los niños, la mayor de 12 años, quedaron solos como tantas veces que la madre tiene que buscarse la vida para alimentarlos. Ella no entiende esa situación como abandono. Ella sabe muy bien lo que es abandono.