El PP no puede soplar y sorber con las finanzas, aunque se acerquen elecciones. Por un lado, el Ministerio de Hacienda tutela las cuentas de todas las administraciones para no disparar el déficit, y por otro, los líderes locales piden bajadas de impuestos y estímulos a la iniciativa privada. Como en Zaragoza, donde Eloy Suárez acaba de decirle al alcalde Belloch que apoyará las ordenanzas si baja el IBI, sin reparar en que es prácticamente imposible. No hay recetas mágicas si se quiere cumplir con los requerimientos del ministro Montoro.