“Somos los hijos de nuestro paisaje”

L.Durrell

¿ iene huellas las casas? ¿Los edificios recuerdan? El pensar se abandona cuando vemos un solar vacío. Y por otro lado, parece como si la vida permaneciera. Quizás, el recuerdo. Quizás en el presente de quienes miran las paredes blancas imaginando lo que fueron esas habitaciones destruidas. Los lugares que dejamos, tras abandonar nuestras casas, no son oportunidades. Son lugares que perdemos y nos dejan. Lugares que nos han construido . Muchos hemos paseado por calles que ya no existen. Otros hemos comprado pasteles en pastelerías que no están. Algunos disfruta ron momentos únicos e íntimos en lugares que se llamaban peñas y que dejaron de existir como tales. Somos hijos de nuestro paisaje. Así es. Pero es un paisaje que se ha esfuma do. Un paisaje que tan solo nos deja espacios, solares, habitaciones imaginadas. Es cierto, muchos escritores lo han reconocido. El paisaje no es nada. La España vacía de Sergio del Molino se está volviendo tópica. Y ya sabemos qué pasa con los tópicos. Nos acostumbramos a ellos, nos hacemos con ellos y, cierto, nuestros pueblos son lugares de palabra. De libro. De película. De fotografía. ¿Para qué un pueblo? Lugares sin finalidad alguna que se ajustan a los paisajes que queremos ver cuando estamos tristes. Tan sólo nostalgia, tan sólo palabras que resucitan en boca de quien mira. Somos quienes inventamos lugares, quienes re-inventamos los paisajes y quienes re-construimos los edificios. Bueno, Derridá diría de-construimos. Y quizás me guste más esa acepción. Es la nostalgia la que nos incita a hablar de lo que ya no está, de lo que desapareció tras una promoción inmobiliaria. Esa huella que nos sigue recordando porque construyó parte de nuestra vida, parte de nuestra existencia.

En los institutos, quizás, de la misma manera que hablamos de la polis griega como un elemento clave para la constitución del pensamiento social y político, deberemos hablar del pueblo del siglo XXI como elemento clave para la deconstrucción de nuestro pensamiento social. Sería un buen inicio para otro pensar.