Han tenido que pasar 37 años desde la llegada de Opel a Figueruelas y 16 de la de la multinacional gallega Inditex a Plaza para que Aragón vuelva a sentir que algo importante se va a mover en sus cimientos económicos. El anuncio de Amazon Web Services (AWS) de que va a instalar tres centros de datos en Villanueva de Gállego, El Burgo de Ebro y la Plataforma Logística de Huesca (Plhus) va a ser un revulviso tremendo para la economía local. Amazon creará empleos, sí, aunque sin llegar a las cifras de Opel e Inditex, pero sobre todo, abre la posibilidad a las empresas de aquí para que innoven, reduzcan costes, aumenten su seguridad y se hagan ágiles. Y a las de fuera, para que sientan cómo desde Aragón se es más fácil hacer la obligada transformación digital. El proyecto de Amazon es sinónimo de innovación permanente, no solo para las empresas, sino también para los individuos, las sociedades, las economías, las comunidades, las ciudades y los países. Ahora, son intangibles, enseguida se podrá ver. El mensaje es claro: si se deja de innovar, se empieza a tener fecha de expiración.

Primero hay que tener claro, para que nadie se frustre, que no estamos en 1982 ni en el 2003. El siglo pasado, Opel introdujo a Aragón en la industria del automóvil a gran escala, para generar después una densa red de proveedores, la llamada industria auxiliar que tanta vida está dando al PIB de la comunidad. Entonces se crearon más de 8.000 empleos directos, pero no pararon de llegar puestos de trabajo indirectos. La fábrica automovilística ha sido --y lo sigue siendo-- el motor de Aragón y tuvo un efecto llamada de incalculable valor. Pero ya no es el monocultivo. En el 2003 nació la era Inditex. Los empleos que surgieron en torno a la Plataforma Europa de Plaza se redujeron considerablemente comparados con los de la multinacional automovilística, pero rondaban los 1.500, entre directos e indirectos, cuando se llegara al pleno rendimiento. Aunque también tuvo el efecto llamada, porque el centro de Zara ha sido y aún es el mejor aval en España y Europa para presentar la Plataforma Logística de Zaragoza. Y quien también ha vivido en positivo el impacto económico ha sido el aeropuerto de Zaragoza, cuyas cifras en carga han crecido tanto que son ya las segundas mejores de España.

Ahora llega Amazon, el gigante tecnológico americano que ha apostado por Aragón en la misma línea que asímismo lo ha hecho por Sudáfrica, Indonesia y Milán, zonas que también albergarán centros de datos en los próximos años. Habrá nuevos empleos, si, pero aún se reducirán más que con Inditex (se habla de un centenar por centro de datos, aunque oficialmente no hay información). Sin embargo, lo que nadie discute es que lo que más hay que valorar, una vez más, es el efecto llamada, todo lo que viene detrás de la construcción y puesta en marcha de los centros de datos aragoneses. Y esto nadie lo sabe calcular.

Abrir una región AWS en Aragón creará más empresas y puestos de empleo en el sector tecnológico, impulsando la economía local. Esta inversión permitirá a España adaptarse plenamente a la transformación digital y desarrollarse como centro internacional de innovación y tecnología. La computación en la nube, además de fomentar el progreso tecnológico en el sector privado, permitirá mejorar los servicios que la Administración pública presta a los ciudadanos. Una nube segura es una herramienta esencial para el desarrollo de nuestra economía, así como para la generación de empleo en nuestro país y por lo tanto en nuestra comunidad.

Pero todos los agentes económicos deben mentalizarse, empezando por los empresarios, las universidades y el Gobierno de Aragón (que sin duda es el más sensibilizado). Este empaquetado en la nube que ya hacen a través de AWS empresas españolas como Infojobs, Fotocasa, BBVA, Banco Santander, Meliá o Mapfre o entidades públicas como el Ayuntamiento de Alcobendas o la biblioteca de Cataluña, tendrá en Aragón el lugar de almacenamiento de datos, y cuanto más cerca estén las empresas, más ágil será su acceso. Por eso harán falta muchos empleos cualificados que en estos momentos las universidades aragonesas, sin ser de las peores, no disponen. Esa es la primera tarea, porque nacerán nuevas firmas tecnológicas especializadas. Y la segunda, inyectar a las miles de pequeñas y medianas empresas aragonesas la necesidad de digitalizarse y tener acceso a estos servicios porque es el futuro más inmediato y en él va su vida. Análisis de datos, inteligencia artificial, bases de datos, internet de las cosas, aprendizaje automático, servicios móviles o serverless tienen que ser vocablos habituales para las empresas de la próxima década. También en Aragón. Con esa mirada, la llegada de Amazon permite el optimismo económico pero teniendo en cuenta que en estos momentos todo es supercambiante.

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