La editorial Minotauro, especializada en literatura fantástica, ha tenido la excelente idea de reeditar ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, siendo su escritura un ejercicio de imaginación y talento como pocas veces ha confluido en la ciencia ficción, y su lectura o relectura un verdadero placer.

Blade runner, la legendaria adaptación cinematográfica, supuso el triunfo popular de un mundo nuevo e insólito, post--nuclear, enmarcado en un futuro inquietante donde la realidad cotidiana y la realidad virtual se confundían de tal modo que resultaba casi imposible diferenciar a los individuos, y a sus auténticos sentimientos, de los fabricados por la inteligencia artificial en forma de robots prácticamente humanos.

La nueva versión, Blade runner 2049, insiste en profundizar en esa línea, más que borrada, ya casi borrosa, perteneciente a un pasado donde los recuerdos personales y la memoria de la humanidad empiezan a desvanecerse como las ondas de un lago solidificado con acero galvanizado y polvo nuclear.

Nacho Vigalondo, en su prólogo a ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? celebra que Philip K.Dick haya finalmente alcanzado el canon literario gracias al clamor internacional. «La cultura popular --escribe el director de cine--, lo toma como fuente constante de inspiración, autorizada o no. La ciencia ficción mainstream, a finales de los noventa, ya no se puede explicar sin tener en cuenta esta novela que, a su vez, parece explicarnos más a nosotros mismos, contenedores de confusión y miedo con aplicación para ligar en el bolsillo y adicción a un fármaco legal».

En la historia original, tras una nueva guerra mundial un cazarrecompensas, Rick Deckard, se dedica a retirar androides rebeldes contra la raza humana. Una tarea que se complicará aún más cuando deba enfrentarse a los nuevos Nexus--6, casi indistinguibles de los seres humanos. El mundo en el que Dick se mueve es una gigantesca ruina, pero los vehículos sobrevuelan los cielos y las armas resultan de una eficacia y mortalidad desconocidas. Todo ha cambiado. La familia ya no existe, y la relación de pareja está subordinada a nuevas normas y costumbres. El poder se ha diluido en facciones que aspiran al control tanto de los hombres tradicionales, nacidos, como de los robots, creados... Una joya.