Los juzgados de Zaragoza estuvieron casi toda la mañana de ayer sin ordenadores operativos. Los servidores recién instalados a petición del Ministerio de Justicia parece que desbordaron su capacidad cuando se superaron los 700 usuarios, una cifra inferior al millar de operadores que tienen acceso. Este apagón digital sucede, aunque por diferentes circunstancias, tras el que registró la Universidad de Zaragoza el pasado fin de semana y que todavía se está recuperando. Las averías sobre sistemas complejos tecnológicamente se pueden producir, naturalmente, pero determinadas instituciones deberían disponer de aplicaciones plenamente testadas e, incluso, con alternativas de funcionamiento. El avance y las garantías de acceso a la información que ofrecen las nuevas tecnologías no puede convertirse en un riesgo.