Asociaciones o colectivos catalanes afincados en Aragón e incluso empresarios y algún que otro profesional libre se ha cuidado mucho de hacer declaraciones sobre el proceso soberanista. Aunque algunos no tenían inconveniente en decir lo que pensaba o cómo veían el 9-N, otros preferían callar por temor a que se les retiraran subvenciones por parte de la Generalitat o incluso de perder pedidos y oportunidades de trabajo desde Cataluña.