El nuncio del Vaticano en España, Renzo Fratini, fue muy claro el sábado en Zaragoza al hablar del conflicto de los bienes sacros. Dijo lo que la Iglesia no para de repetir: que son de Aragón, no de Cataluña, y que está en trámite la devolución. Pero así se llevan demasiados años. No hacen falta más palabras ni sentencias judiciales a favor sino acciones. Los aragoneses reforzarían esa fe que pide el Vaticano si se vieran actuaciones canónicas determinadas. Y no se ve ninguna. La Iglesia parece confiar ahora en que la jubilación del actual obispo de Lérida allane la solución. Pero lo mismo se dijo cuando se retiró el anterior y seguimos estancados. Políticamente no hay nada que hacer porque la Generalitat no quiere devolver y el Gobierno aragonés del PP ha conseguido lo mismo que el anterior del PSOE: nada. La fe ya no sirve, pues.