Que no podremos derrotar virus aprendiendo a empujarlos más allá del umbral de error. La teoría del cisne negro y el hecho de que seguimos dependiendo de modelos que, se ha demostrado, son fraudulentos. Que la pseudociencia siga ganando terreno. Sucesos apocalípticos. Que las personas inteligentes no hagan política. Que habrá otra crisis financiera de proporciones épicas. Que ciertas palabras seguirán siendo tabú. Que las tecnologías digitales están acabando con nuestra paciencia y cambiando nuestra percepción del tiempo. Que se acabe la financiación de grandes experimentos. La catarsis es una alegría que trasciende... ¿puedes repetir la pregunta? Que dejemos de morir. La lucha entre ingenieros y druidas. La escasez de agua. Que estamos inarticuladamente perdidos en la Modernidad. Que tanta información y los nuevos medios implicarán el fin de los hechos. Que la separación entre las noticias y el entendimiento sea cada vez mayor. Que nos volveremos irracionalmente impacientes con la ciencia. Que la idiocracia nos amenace. Que la especie humana pierda el deseo de sobrevivir. El exceso de testosterona producido por una brecha sexual en China. Una amnesia colectiva. Que no entendamos la dinámica de la cultura global emergente. Deberíamos preocuparnos por perder el deseo como eje para la reproducción de nuestra especie. La muerte natural. La geografía poshumana que existirá cuando los robots se hayan adueñado de todos nuestros trabajos. Que en una o dos generaciones, los niños se convertirán en adultos que no podrán distinguir entre lo real y lo imaginario. El bajo índice de sospecha que tenemos de los comportamientos normales. La paradoja del progreso material. Que seremos como ratas atrapadas en una trampa de mármol azul. Que empecemos a tratar la tecnología como magia. El auge de la inestabilidad genómica. Que las autoridades y compañías puedan leer la mente de las personas. Que nos preocupemos demasiado. Que internet está arruinando la escritura. Que internet termine beneficiando a las estructuras actuales de poder y no a la sociedad en general. Que no tendremos un Plan B cuando internet se caiga. Que no podremos vivir sin internet. Que el cerebro no pueda concebir nuestros más graves problemas. Que como consecuencia del cambio climático, la escasez de recursos, los drones, y otras razones no anticipadas, estalle una gran guerra. La estupidez. Ya dejé de preocuparme por el problema del libre albedrío, porque nunca quedará resuelto. Que no podamos identificar la "buena vida". Hombres. Que estamos cada vez más inmersos en sistemas incompetentes que exhiben un comportamiento patológico pero que no se pueden arreglar. La arrogancia absoluta de la humanidad. Que no entendamos los fenómenos cuánticos. Extinción de la diversidad cultural. Estrés. Demasiado acoplamiento. Que no podremos entenderlo todo.

Nota: Resumen, a mi aire, del artículo Las 150 cosas a las que le tienen miedo las personas más inteligentes del mundo, basado en el especial de la revista Edge What should we be worried about?

Comunicadora