Las tensiones en el PP aragonés son tan fuertes que tras el reciente Debate sobre el Estado de la Comunidad hubo dirigentes que no ocultaron su alegría ante el escaso papel que jugó el presidente regional de ese partido, Gustavo Alcalde, como principal fuerza de la oposición. Es el caso de ciertos cargos afines al sector del exalcalde José Atarés, que incluso manifestaron este parecer en contactos con miembros de otros partidos. Quien creyera que los preparativos del congreso del PP-Aragón llevaban camino de pacificarse, yerra flagrantemente.