Nuestro diario caminar por la vida constituye un permanente Y constante medio de aprendizaje. Los sentidos nos proporcionan, bien algo nuevo, o bien modificando su forma y contenido, almacenándolo nuestra mente con el nuevo formato. Por mi edad y situación administrativa, comparto horas, en tertulias serenas, con amigos y excompañeros. En el grupo hay jubilados de variadas profesiones, titulados universitarios y doctorados, también hay algún letrado, sagaces, conquistadores femeninos y hasta graciosos pero ningún escalador político. Buenas gentes todos. Nunca hay enfado ni palabra más alta que otra y se habla de todos los temas, incluso los políticos que no nos ofrecen graves discrepancias. Generalmente hay unanimidad en la crítica y disgusto por la total ausencia de autoridad y medidas a tomar en asuntos tan serios y abandonados como el adoctrinamiento de escolares en la ¿cultura? de genero, la permitida y apoyada decadencia vasco-catalana, la manipulación informativa, el resucitado comendador del valle, no por los enamorados D. Juan y D. Luís, sino por los ignorantes D. Pedro y D. Pablo. Que no sabemos si se salvarán o condenarán con su ignorancia, pero ni a ellos ni a nosotros nos importa. En general, hablamos de todos los asuntos que sufren la distorsión que el partido político imperante desea. Coincidimos, casi todos, en que no se respeta la verdad ni las normas regladas, que leyes y costumbres han ido estableciendo y que se vulneran con facilidad sin gesto de rechazo alguno. El silencio es el «alarido» único de protesta al vencer la comodidad y la apatía, sin más acidez que la que pueda aportar algún chiste verde o malsonante que, casi siempre, todos conocemos a través de los heterogéneos, groseros, no siempre agradables, canales de televisión.

En una de las ultimas tertulias, los fusilamientos, a través de la pintura de Goya, fueron tema de análisis, y también por la desafortunada frecuencia con que aparecían en los medios de comunicación, como datos denigrantes de nuestra última y vil contienda civil, insistiendo el canal trasmisor en las barbaridades cometidas por unos y por otros con la inestimable ayuda extranjera en ambos casos.

La riqueza de nuestro idioma hace que cada palabra tenga o pueda ser utilizada con varios significados. Revisado el Diccionario de la RAE, encontramos que el vocablo «fusilar» significa: «Matar a una persona con una descarga de fusilería. Ejecutar (a una persona) con descarga de fusilería». Y en sentido figurado: «Imitar o plagiar una obra original o fragmentos de ella sin citar a su autor.

Intercalar en una obra propia trozos o ideas de otro autor sin mencionarlo. Imitar una obra o idea sin declarar su origen.

Si bien la primera definición, afortunadamente ha sido descartada y abolida en la mayoría de países con vocación democrática, vergonzosas excepciones permanecen aun por razones religiosas o para imponer por la fuerza ideas socialistas, capitalistas o comunistas trasnochadas. Unos quieren repartir lo que no tienen ni es suyo aunque no trabajen ni se lo hayan ganado; otros quieren ahorrar todo, también lo que no es suyo y repartirlo a su conveniencia y finalmente los últimos quieren que todos trabajen para ellos como ellos digan y cuando ellos digan, para permitir una aproximación al socialismo oportunista para vivir como los capitalistas.

Por el contrario los fusilamientos culturales, académicos, literarios y universitarios han proliferado, se han protegido y promocionado de forma general pero especialmente en las universidades nacidas por cesárea de embarazos con embriones congelados en los laboratorios del CIS, y de los partidos políticos, para que mediocridades químicas cerebrales, con ambición política manipuladora y no de servicio, obtuvieran un grado académico inmerecido, sin esfuerzo alguno pudiendo llegar a presidentes de las más altas instituciones del estado. Hoy día las modernas tecnologías han perfeccionado el fusilamiento académico. Han proliferado tanto con el Corta y Pega, que existen escuelas, institutos, academias e incluso universidades dedicadas al negocio del «fusilamiento académico o cultural» según el nivel político que quieras alcanzar. ¡Si el profesor Gines de los Ríos levantara la cabeza! El engaño seguirá después del 10-N. Como dice mi paisano José Mota: «Y no pasa na, y aunque no pase na, ser eres». Te has dado cuenta tu también ¿no?.

* Catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza