Este lunes el rock & roll cumplió 50 años. Es algo arbitrario señalar en el calendario la fecha de nacimiento de un género musical: la cultura popular se mueve por resortes colectivos y no por hitos atribuibles a personas concretas. En este caso en cambio, la fecha está bien justificada: la grabación de Thats all rigth por Elvis Presley. El éxito fulgurante del disco se explica porque captaba a la perfección una energía que flotaba en la sociedad de la época. Sun, la pequeña compañía que la editó, acabó por vender sus derechos a la RCA. Este ha sido el destino del rock: nace como expresión libre y acaba siendo engullida por las grandes corporaciones. En los 80, estas grandes compañías, que aún estaban dirigidas por músicos y técnicos, pasan a ser controladas por ejecutivos que desconocen los sutiles resortes que mueven la cultura popular. El resultado: crisis creativa generalizada y hundimiento total del negocio. No se apuren, siempre habrá alguien en algún pequeño estudio, como hace 50 años, que cree algo excitante y libre. Mejor para todos que se desmorone cuanto antes, el gigante con pies de barro y sin corazón creativo en que se ha convertido la industria del disco.

*(Viejo roquero)