Decían las redes que la presidenta de la Comunidad de Madrid va a renunciar a su sueldo y a ejercer con carácter voluntario, como ha pedido a los de la Complutense para que ejercieran de rastreadores pero sin cobrar. Decían que quería dar ejemplo porque el voluntariado es muy importante, pero no se lo crean, es mentira. Uno no se puede fiar de las redes. Los voluntarios son a coste cero, pero estudiar cuatro años para trabajar sin cobrar y darle el caprichito a la Ayuso , pues como que no. A los curas por cierto, no les pidió que fueran voluntarios. Tampoco hay constancia fehaciente de que el rector de la Complutense se apuntara de voluntario para animar a su comunidad universitaria. También decían que la Universidad Rey Juan Carlos se veía obligada a cambiar su nombre, visto lo visto, y que tendrían que cambiar los títulos expedidos, incluidos los de Derecho convalidados, pero que nadie se asuste. Es mentira. Decían también que siguiendo los pasos del Rey emérito, se esperaba algo del clan Pujol, un gesto, un movimiento. Ambos podían regularizar su situación con la Hacienda pública, asumiendo sus responsabilidades. Pero esta pretensión, no es que sea mentira, es una ilusión, un delirio. Lo que es verdad es que el padre de la patria nacionalista amenazó con menear las ramas del árbol y que caerían muchos y por ahora nada de nada. Comparecencias en el Parlament, procedimientos judiciales abiertos… pero nada. Ni del 3% ni del AVE a La Meca. Hacienda sigue sin ver nada. Los funcionarios públicos estamos sometidos a un régimen de incompatibilidades estricto. Se ve que desde el Rey a otros cargos institucionales no hay incompatibilidad que valga. Comisiones, fondos de los que no se da cuenta y se reparten en B… Todo vale. Dicen las redes que la corrupción es el cáncer de la democracia. Y eso sí que es verdad, ¿o qué? H