Dicen que todos los caminos llevan a Roma, pero para Zaragoza todos partían el jueves de París con destino al futuro, un mañana hacia el que, unidos, caminamos con el mejor empuje: la ilusión.

Sevilla tuvo su Expo; Bilbao, el Guggenheim, y Barcelona, las Olimpiadas... emblemáticos puntos de partida para una renovación que llegó tan lejos como la fe de sus ciudadanos. Es nuestra hora, pero todo está por hacer.

Acudimos a París con un sólido proyecto. Nos han otorgado un merecido SI, que no implica sino la oportunidad para transformar en fructífera realidad lo que sólo era un sueño. Los próximos meses marcarán la diferencia entre nuestros proyectos, lo que nos creemos capaces hacer, y lo que realmente haremos; del cómo, depende el porvenir de Zaragoza, entre el progreso y el desarrollo sostenible: es nuestra calidad de vida lo que está en juego, el diseño de la ciudad que todos deseamos, pues, sin duda, la Expo 2008 supone mucho más que la urbanización del meandro de Ranillas.

Llegó nuestra hora y nos encuentra preparados para aprovechar con talento tan espléndida oportunidad. Hay tanto por hacer...

*Escritora