Se podría decir que, afortunadamente, la política ya no está inundada de agua. Pero lo estuvo, y no sólo en la segunda legislatura del PP sino también en la última del PSOE, cuando Borrell presentó un mapa de vasos comunicantes que sacaban agua de un par de ríos y la paseaban por casi todo el país. El autor de ese mapa, Adrián Baltanás, estuvo la semana pasada en Zaragoza y confesó que se había reciclado en materia hidrológica, porque algunas obras de aquel mapa hoy no las haría y porque nunca estuvo de acuerdo con el trasvase del Ebro.