En su afán por defender el trasvase del Ebro y menospreciar la actitud de rechazo de los aragoneses, la ministra de Medio Ambiente se supera día a día. Le debe parecer poca cosa la colocación de una primera piedra en la megaobra proyectada para llevar agua del Ebro hasta Almería que ha anunciado dos: dos piedras para que quede firme constancia de cómo las gasta el Gobierno de Aznar. Y por si fuera poco, aún se permite lanzar romeros a los aragoneses a los que trata de tontos por dejarse "engañar" por su gobierno autonómico, pues doña Elvira Rodríguez dice haber "demostrado" que el trasvase es viable. No caben más despropósitos ni más provocación por parte de una ministra. Al presidente Iglesias le ha molestado el desprecio de Rodríguez, dice que es un llamamiento a los aragoneses a la "desobediencia civil". Pero cualquier aragonés con un mínimo de sentido común puede entender que esta declaración ministerial es una bufonada más.