El enredo español es tan intrincado, que resulta imposible analizarlo de manera lineal. La lógica se retuerce sobre sí misma y los mecanismos de las pinzas políticas se rigen por la ley de la contradicción interesada. De ahí que ahora mismo la mejor baza del flamante presidente del PP, Pablo Casado, es otro presidente, president, el de la Generalitat: Quim Torra. Si este menda y el nuevo PDECat se portan, Pedro Sánchez puede verse bloqueado y se cargarán de razon las airadas derechas que todavía hoy claman contra esa imprecisa entente de socialistas, separatistas, populistas, comunistas, masones y ateos. Se suponía que al soberanismo catalán no le interesaría jamás propiciar un gobierno central de la derecha más unionista. Pero el nacionalismo radical siempre será... nacionalismo radical. El raciocinio no figura entre sus virtudes y si es centrífugo siempre estará dispuesto a bailar de pareja con sus homólogos centrípetos, o viceversa.

Porque Casado necesita imperiosamente un gesto, una baladronada, algún descaro soberanista que vuelva a poner Cataluña a tiro, y permita reeditar la operación balcones, donde las banderas rojigualdas (como las estelladas de allá) empiezan a desteñirse (al fin y al cabo ambas están fabricadas en la misma factoría china). Eso o cualquier inesperado giro del destino que le quite de encima la presión (incluso judicial) que le provoca su sospechosa y anormal trayectoria académica. Está muy cerca de ser imputado por falsificación de documento público o cosa parecida, y les es preciso a él y su gente equilibrar como sea la balanza. Propalar que la universidad española (así, en general) es una mierda o montar el pollo porque el actual presidente del gobierno utilizó el avión presidencial puede impresionar a los pobres de espíritu, pero no son maniobras de mucho recorrido. En cambio, una reactivación del desafío unilateral, rebelde, republicano y antiespañol... eso sí que mola. En fin, ya veremos. De Torra y su colla cabe esperar cualquier cosa. Además interactúan muy bien con el PP. Unos y otros dicen ser patriotas.