El cementerio de Torrero ha sido distinguido con el Gran Premio de la revista Adiós a los mejores cementerios de España.

Un galardón muy merecido que viene a reconocer y gratificar la labor de conservación patrimonial y de difusión cultural que se ha venido poniendo en práctica y valor en el camposanto zaragozano a lo largo de los últimos años, por parte de un equipo municipal entregado y competente, entre los que me permitiré citar a Elena de Marta y a Blanca Blasco.

No no es nada fácil, como cualquiera (y, en especial, como cualquier programador cultural intuiría de antemano), dinamizar un espacio reservado a los muertos, pero en el principal cementerio de Zaragoza se han sabido simultanear el culto a los difuntos y ese respeto inherente a la función de un recinto sacro con una moderna dinámica de actividades tendentes a celebrar la vida, la creatividad, la música, el arte, la poesía, despojando el recinto de sus desinencias más tétricas y coloreándolo de talento con los más alegres tonos de la vida.

De Blanca Blasco, con quien he conversado muchas veces sobre las características de esta difícil, delicada y hermosa programación, he aprendido que la cultura, la ilusión y el humor no solo no son incompatibles con el ámbito de un camposanto, sino que, y en más de un modo, lo complementan y dignifican, reconduciendo su severa estética hacia una más completa unidad del ser, ¿o no estamos hechos de vida y muerte, risas y lágrimas, siempre divididos, partidos en dos por nuestra naturaleza adánica?

El reciente premio servirá sin duda de acicate al equipo del cementerio de Torrero para seguir difundiendo su interesante patrimonio arquitectónico y artístico, proponiendo visitas y rutas guiadas por las tumbas de tantos ciudadanos ilustres, protagonistas de episodios históricos, y por los jalones de otros muchos notables acontecimientos ocurridos entre sus muros.

Una renovada invitación para visitar unas instalaciones donde conviven, pues las comparten, varias religiones y etnias, en una diversidad multicultural asimismo ejemplarizante y colmada de interés sociológico.