Lo que reflejan las fotos de las torturas es que el imperio se aburre a muerte. Que ha lanzado esta campaña de atrocidades, desde la invasión hasta la fecha, sin una idea clara de la rentabilidad operativa, o la operatividad rentable. Y eso no se puede perdonar. Hacer las cosas porque si, sin objetivos, al buen tun tun, es lo que le va a costar a Bush la poltrona. Lo del 11-S estaba vengado con Afganistán, aunque la venganza es una antiutopía. Lo demás ha sido un despilfarro sin objeto. Y encima, mal ejecutado, sin permisos mundiales, sin más coartada que unos apoyos comprados a toda prisa, de malas maneras, por cuatro perras y una barbacoa. El vídeo de la decapitación del instalador de antenas no sirve para justificar a posteriori lo que está saliendo, no sirve porque el enemigo ya era malo por definición, si no no lo hubiéramos invadido de esa manera.

El hacer las cosas sin más ni más, a la buena de dios, sin el permiso del papa, ha transmitido a la cadena de mando y a todo el mundo la idea de que el aburrimiento es el peor de los males, y que el turismo sexual ya no es suficiente. Ahora esa cuadrilla de jerifaltes ignorantes intenta echar la culpa de todo a los que están por debajo, con lo que la crisis aumenta y se extiende. La operatividad rentable ha sido vulnerada. Las armas de destrucción masiva no han aparecido. El petróleo sigue subiendo. Y encima nadie se hace responsable de nada. Unos se excusan a otros, se alaban mutuamente, se lamen y cargan las culpas a la cadena de mando, que por definición llega hasta lo más alto.

Y encima las fotos no estaban hechas para horrorizar al mundo, sino para pasar el rato, para matar el tedio y obtener una vida extra en este mundo tan aburrido, un souvenir electrónico. La memoria flash, esa pastilla diminuta que usan las cámaras digitales, va a acabar con esta excursión colonial que sólo buscaba matar el rato matando gente. Por muy frívolos que se hayan vuelto los mercados este despilfarro de sinsustancia tiene que pasar factura. Las expectativas de negocio han sido defraudadas y la falta de control de esa zona del mundo ha desaparecido de la hoja de ruta: esto va a obligar a Bush a hacer una barbaridad aún mayor de las que ya ha hecho o a presentar la dimisión. Y no parece que elija el segundo camino.

*Periodista y escritor