El Estatuto de los Trabajadores está para algo más que para impartir teoría, según acaba de fallar la Audiencia Nacional que obliga a Correos a hacer fijos a los casi 15.000 trabajadores contratados como interinos, unos 400 en Aragón. La interinidad es un colchón formidable que utiliza la administración pública para disponer a su antojo de los trabajadores con contratos precarios negándoles cualquier derecho laboral. Pero la Audiencia entiende que Correos ya no es un organismo público, por lo que es ilegal que siga mangoneando a los interinos a su antojo mientras sigue buscando al trabajador idóneo para esos puestos.