Zaragoza se convirtió ayer en la primera gran ciudad que volvió a ser tomada por los tractores en una protesta del campo que recuerda las duras manifestaciones de finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado. Aragón ha sido la primera comunidad en la que todos los sindicatos agrarios se han puesto de acuerdo para decir basta a los políticos y hacerles ver que hay que cuidar el campo porque los costes cada vez son mayores y los ingresos menores, con lo que la rentabilidad baja. Ese es el mensaje que lanzaron ayer en Zaragoza colapsando por la mañana el centro de la capital. Si el aumento de los carburantes perjudica al campo, nos va a afectar a todos, así que habría que dar alguna solución ya.