La presencia de una colonia de gatos en el Teatro Romano de Zaragoza es habitual. La novedad surgió con la denuncia de que algunos podían tener sarna o tiña, por lo que hubo ejemplares que fueron sacados de allí. Los informes decían que no sufrían patologías. Ahora, los trabajadores municipales que entran a las instalaciones lo hacen con trajes de protección. ¿Contra qué si no hay riesgo de contagio? Y si esas precauciones son necesarias ¿por qué a los visitantes no se les informa, o es que son inmunes? La Administración municipal debe aclarar cuál es la situación: si se puede visitar sin riesgos o no y por qué los trabajadores van protegidos y los visitantes no. O sobran los trajes blancos o los tíquets de entrada.