En estos últimos días preelectorales he leído tres libros. El primero, coordinado por Alberto Sabio se titula El coste de la libertad. Presos políticos, represión y censura en Zaragoza (1958-1977). De un colega antropólogo, Mario Martínez Zauner, Presos contra Franco y por último en la feria del libro compré Los nombres de la rosa Diccionario biográfico del socialismo en Aragón desde sus orígenes a la Transición, que uno de sus autores, Enrique Bernad, me dedicó amablemente. Los tres coinciden en visibilizar el inmenso sufrimiento que causó la dictadura franquista y a la vez el coraje de muchísima gente que arriesgó, y a veces perdió, incluso la vida. Nos hablan de cómo se rebelaron obreros, agricultores, estudiantes, pagando un alto coste en años de cárcel acusados de rebelión, propaganda ilegal, asociación ilícita. Nos cuentan cómo se organizaron contra la represión, su resistencia a la deshumanización, a los castigos, a la tortura, a las celdas de castigo por negarse a ir a misa, el hambre, la enfermedad provocada y la solidaridad en las «comunas» como forma de resistencia. Ya desde antes del franquismo, muchos hombres y mujeres, albañiles, tipógrafos, maestros, labradores… a lo largo y ancho de todo Aragón, luchaban desde el sindicalismo y la política por una sociedad más justa. La reflexión: a aquellos que piensan que todo empezó hace cuatro días y tiran a la basura la transición y el «régimen del 78» les conviene conocer la historia. Y respetar a tantas y tantos luchadores por la libertad. Y así, nos entenderemos mejor.

*Profesor de universidad