Alemania cogió el testigo de España como campeona del mundo al batir en una final épica a Argentina, lo que deja a Leo Messi sin su ansiado Mundial y con un trofeo al mejor jugador del Mundial que pocos entienden. La selección de Joachim Löw logra un incontestable éxito en un torneo que corona a una gran generación de futbolistas tras unos años en los que llamó a la puerta del éxito. España fue su verdugo en la final de la Eurocopa-2008 y en la semifinal de Sudáfrica-2010. La selección germana ha igualado con el triunfo del domingo a Italia como tetracampeona mundial, solo un paso por detrás de Brasil. La fuerza de su bloque, con la base del Bayern, hace que sea difícil definir al líder del campeón, aunque el portero Neuer ejerce de bastión por la gran seguridad que transmite. Alemania ha sido el equipo más sólido y que mejor fútbol ha desplegado, con la cumbre del 1-7 en la semifinal ante Brasil, en un Mundial que pasará a la historia por el éxito del campeón y por esa humillación del anfitrión. También será el del fiasco de España y de selecciones emergentes.