De momento, la reivindicación vecinal va ganando en Casetas. El negocio familiar de la churrería de Concha Guisado, que lleva 32 años desarrollando esta actividad, va a seguir en suelo urbano. El Ayuntamiento de Zaragoza dirigido por ZeC también en esto ha dado marcha atrás y le deja que continúe dos años más, tras llegar a un acuerdo con la asociación de vecinos. Un triunfo del sentido común que debería haber llegado de otra manera. El Gobierno municipal debería haber estudiado bien el caso y ofrecer alternativas. Lo que no hizo en un principio y ahora le ha tocado rectificar.