Todo Dios anda con el pato Donald arriba y abajo. Trump y los trompicones que nos esperan. ¿Cómo ha sido posible que un tipo de tal cacumen pueda decidir apretar o no ese botón que pondría en marcha la mayor catástrofe para la Humanidad? Confieso que no tengo razones de peso para tratar de responder a tal pregunta. Pero lo cierto es que ahí está y apoyado por millones y millones de votos, menos que los obtenidos por Hillary mas el sistema electoral norteamericano es así y amén. Un sistema d’Hont a la americana. Este sujeto ha ganado y se apresta a gobernar con una idea muy clara: hará lo que le salga de sus santos bemoles, puro interés para él y sus edecanes. ¿Consecuencias? Pues innumerables y alguna de ellas tal vez nos toque. La GM, por ejemplo, y las exportaciones aragonesas a USA, además. Que haya logrado imponerse traduce el profundo descontento de la ciudadanía yanqui ante una clase política elitista que solamente se ocupaba de sus particulares intereses, buenas gentes que no se han percatado que Trump es más de lo mismo pero en peor, cimentado sobre los valores de la testosterona y el desprecio a las minorías étnicas, a las mujeres, a los emigrantes ( él que procede familia alemana y su mujer eslava). Malos tiempos para las buenas gentes y lo peor parece estar por llegar en una Europa donde los fascismos vuelven con fuerza mientras los ciudadanos aguantan recortes, crisis y un insoportable poderío de la gran Banca, Troicas y gamberros mil. Es la hora de la política de verdad porque si no volveremos a las catacumbas y/o los cementerios.

*Profesor de universidad