Vivo con dos bombas biológicas. A primera vista parecen inocentes. Son cariñosos, sonríen. Sin embargo son seres muy peligrosos. Los que se quedan en casa con ellos deberían verse como trabajadores que contienen una fuga nuclear. Están contaminados, pero su trabajo es evitar que escapen. Es un riesgo demasiado grande que una de esas bombas biológicas mire a un anciano a 200 metros de distancia y le transmita un versión letal de la covid-19. Imagina que uno de tus hijos sale a la calle y agarra tóxicamente el abrigo de una periodista. Es cierto que no hay pruebas de esos contagios, pero ya encontraremos algún experto que avale la teoría. Hay quien dice que el confinamiento podría tener efectos para los menores. Que, aunque son armas biológicas, también pueden sufrir y tienen derechos. Podemos detenernos en este tipo de frivolidades, pero nuestros científicos han dicho que no pasa nada. El encierro puede afectar a los adultos, pero los niños son otra cosa. ¿De dónde sale eso? ¿Pensar que una situación que causa estrés psicológico a los adultos puede provocar estrés a los niños? ¿No has visto cómo se caen y se levantan? ¡Son de goma! Pues esto es igual.

'The Lancet' ha dicho que puede tener efectos sobre los menores. Otros expertos han hablado de obesidad, temores, problemas de adaptación. Esas alarmas son una forma de quintacolumnismo que no deberíamos tolerar en un momento como este. Una cosa es el pluralismo y otra que vaya cada uno diciendo lo que le da la gana.

¿Que los niños necesitan moverse? Son manías de sociedades avanzadas, de padres obsesionados. En casa hay sitio de sobras para hacer de todo, que no son atletas olímpicos, por mucho que se lo parezcan a sus padres. Y puedes bajarte entrenamientos en la tablet o el móvil, hay muchos. Mi primo tiene uno, las dos primeras sesiones son gratis. Este tiempo es un periodo de reflexión, de estar juntos. Podemos replantearnos cosas. Si tanto te preocupa la obesidad infantil, cambia la dieta de tus hijos. No es culpa de Pedro Sánchez y el confinamiento que tu hija de seis años tenga sobrepeso. Ten un poco de empatía con los débiles. Sé serio y agradece la oportunidad de mejorar. El confinamiento da una ocasión para replantear nuestras vidas, rechazar nuestros hábitos consumistas, nuestra esclavitud capitalista. Es un experimento natural que nos hará mejores. De hecho, habría que pensar mejor en la relajación de las medidas. ¿Podemos permitir que los niños salgan de las casas el 27? Más vale no precipitarnos y dejarlos unos años más, mientras ampliamos gradualmente el permiso de los padres de salir solos, siempre por separado y con muchas precauciones.

@gascondaniel