El largo y tortuoso proceso de remodelación del Tubo llega, afortunadamente, a su fin. La empresa Puerta Cinegia está cumpliendo los plazos que se marcó cuando pudo definitivamente comenzar las obras hace cuatro años, después de que Patrimonio le echara atrás hasta cuatro proyectos arquitectónicos y le obligara a modificar el tráfico del interior del edificio. Superados todos los obstáculos que han surgido en los últimos 16 años, la fachada ya está integrada en la plaza de España y el interior prácticamente dispuesto para formar parte de la trama urbana de la zona.

No era empresa fácil la que emprendía la propiedad del solar más pretendido de la ciudad. Los edificios históricos y los elementos arquitectónicos que se conservan, eran la peor servidumbre con la que se enfrentaba el proyecto. Parece que todo se ha resuelto de buena manera, aunque el proyecto inicial haya tenido que prescindir de elementos tan emblemáticos como un hotel de lujo. La nueva plaza convivirá sin mayores problemas con los restos de la muralla romana, el patio gótico de la calle Mártires y la escalera barroca de la calle Cuatro de agosto. En breve los zaragozanos podrán recuperar buena parte de su historia en un espacio del siglo XXI.