La futura ley de memoria democrática de Aragón considera las tumbas de los capitanes Fermín Galán y Ángel García como Bien de Interés Cultural. Ambos fueron los artífices de la llamada sublevación de Jaca, en 1930. Un pronunciamiento militar contra la Monarquía que no prosperó y por el que fueron ejecutados por un tribunal militar. El recuerdo histórico de su acción en favor de la República puede tener múltiples cauces de valoración y reconocimiento. Esencialmente en la divulgación histórica y rigurosa de los hechos y no tanto en la fórmula de calificación de sus tumbas.