Los hosteleros aragoneses confían en agosto para recuperarse del descenso turístico que han sufrido en julio. Los datos no son para alarmarse, porque la previsión para este mes es buena, pero convendría hacer una profunda reflexión sobre el sector, porque no es oro ni buen servicio todo lo que se ofrece. Aragón es buen destino, porque cada vez es mayor la clientela turística que demanda cultura, historia y, sobre todo, naturaleza en estado puro. En consecuencia, la oferta tiene que responder a la demanda por encima incluso de las previsiones de calidad que se hacen, para que los que no cumplen no perjudiquen a quienes sí lo hacen.