El cierre de la última mina de interior en Ariño coincide con un informe de la organización ecologista Greenpeace en el que plantea las posibilidades de desarrollo alternativo para la comarca minera de Teruel. La caída de la actividad del carbón autóctono y las incertidumbres que se ciernen sobre el futuro de la térmica obligan sin duda a la búsqueda de nuevos recursos para la zona y las energías renovables son una apuesta a considerar por la existencia de líneas de evacuación previas y de grandes redes de transporte de energía. Lo importante es que los fondos dedicados a la reconversión tengan una orientación que resulte eficaz en el nuevo escenario en el que la extracción de lignito ya no sea el monocultivo.