Contrariamente a lo que se dijo y se sigue diciendo, el arco ideológico representado en un plano horizontal (izquierdas y derechas) sigue estando muy vigente. La pretensión de Podemos de verticalizar la imagen (los de arriba y los de abajo) se ha quedado en nada. Y el empeño de Cs de situarse en un centro límbico al margen de abscisas y coordenadas no ha prosperado porque las cosas siempre acaban encontrando su sitio. Por eso el PP y el PSOE, que ya no encarnan el bipartidismo semiperfecto, solo pueden prever, aunque no quieran, pactos poselectorales naturales; o sea coherentes con las etiquetas ideológicas. No hay más.

La andaluza Díaz tal vez sueñe con reeditar el pacto con Cs (como el aragonés Lambán desearía probar esa alianza, tan moderadita). Pero ya es imposible. Los de Rivera no pueden volver a tontear con el socialismo, ni siquiera con el más light y centrista... si no quieren perder al instante los votantes que les llegan desde la derecha (que es donde está lo mollar). Por idéntica regla de tres, Pablo Iglesias no tiene mucho margen de maniobra cuando de apoyar gobiernos del PSOE se trata. Incluso en el ámbito andaluz, donde los ¿suyos? (el sector anticapitalista, nada menos) no tendrán otra salida que amigarse como sea con Susana...Porque en su guión no cabe facilitar un Ejecutivo de las derechas. Por supuesto, Vox, con toda su fanfarria antipolítica, acabará apoyando a PP y Cs por pura y simple Ley de la Gravedad.

Los pactos están pefigurados y en las elecciones andaluzas, como en las demás, se dirime la nueva asignación de espacios. El PSOE está a punto de acabar definitivamente con el fantasma del sorpasso podemista (gracias al sanchismo, versión de la socialdemocracia mil veces más ganadora que la de los barones antipopulistas y españolistas). Pero al PP le ha llegado el turno de defender su territorio. Y no lo tiene nada claro. Ahora mismo es el relleno de un bocata que le están haciendo Cs y Vox por ambos lados. Casado se la juega de aquí a mayo, y Andalucía va a ser un test importantísimo. Izquierdas y derechas. Así están las cosas.