El testimonio de testigos presenciales, a los que se dio prioridad en el servicio de Urgencias del Ernest Lluch de Calatayud mientras el joven Julián Lafuente Picazo agonizaba en la sala de espera, rebate por completo la versión oficial sobre la trágica muerte de este joven bilbilitano, cuya familia ha denunciado desatención por parte del hospital. El Ayuntamiento de Calatayud, unánimemente, ha exigido que se investiguen las circunstancias del fallecimiento del muchacho, que llegó al centro con mucha fiebre y plagado de manchas moradas, un diagnóstico que para los profesionales de la Medicina ofrece pocas dudas.